Todo lo que necesitas saber sobre Pablo Manrique
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Todo lo que necesitas saber sobre Pablo Manrique
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Cuando lo conocí en persona Nelson dijo que no tomaba. Que no le gustaba invitar gente a su casa porque su espacio era algo muy íntimo.
Gritaba desde muy temprano. Rompió las persianas. Luego, una noche, hablamos dos horas y lloró. Un llanto incontinente, vacío de significado, y de sentimiento. Solo un chorro de agua, y repeticiones de mantras: yo no tomo. yo no tomo. Super contento de que me hayas preguntado eso, decía con esa voz sensual de cholo, varias veces lo repetía como dándome el lugar de excelente conversador que él pensaba que yo necesitaba que se me reconociera. ¿Eres algún tipo de psicólogo? "Sí, algo así.", le mentí y le dije que estaba estudiando para dar terapia, pero era mentira ¿O era verdad? ¿Quién le mentía a quien?
Confesarse y llorar. A eso se dedicó mientras, sin querer, le di de oir y preguntarle cosas, que supuestamente lo hacían darse cuenta de tal o cual, y todo me contó, todas las historias horribles que le debe contar a todos los otros tontos que caen en esta treta de exhibicionismo porno de su miseria. Verlo llorar y repetirme una y otra vez que no tomaba, una y otra vez, durante las dos horas que hablamos.
Por fin se fue. Todo lo vi a control remoto, su aventar de las llaves que supuestamente iba a dejar cuidadosamente colocadas sobre la mesa del comedor. Lo vi por uno de los múltiples ojos. Este, por cierto, era mi sueño cuando era adolescente y me metieron a la escuela privada de burgueses con padres con cierta conciencia de clase. Raquel, la psicóloga me preguntó sobre mis dibujos, y yo expliqué el del árbol, el de la casa y el mío que era un sujeto con muchos ojos. Un muchacho ansioso, paranóico, alienado, urgido de atención. Seguro pensó ella. Se me ocurrió abrir la botella con líquido amarillento, una de muchas que dejó en el cuarto, decidí graduarme a totalmente morboso y olfatear. Casi vomito.
Cuando me llamó para pedirme que le diera hasta las 2 pm, en lugar de las 11 como habíamos acordado, le dije que prefería que saliera a las 11 porque me preocupaba que fuera a beber de nuevo. Que cuando lo hacía se ponía agresivo. Que me habían dicho los vecinos que estaba gritando y golpeando cosas desde muy temprano. Me contó que no se acordaba. Ese es el problema, que no te acuerdas. Si te dejo quedarte más tiempo vas a tomar y esto va a terminar mal.
Ok. Y luego fue todo amabilidad y servilismo. Luego otra llamada. Luego otra, dos casi idénticas donde me decía que se había quedado dormido. Y la siguiente lo mismo. Oye pero eso ya me lo dijiste casi igual, sí, es para reafirmarte que me voy a ir de tu propiedad y que sepas que llamada puede ser monitoreada o grabada. ¿Ok? Qué bueno que tengas registro de las llamadas. Pero lo mismo me dijiste hace rato, te quedaste dormido, ya casi te vas, entonces pues ya, hay que hacerlo. ¿Hacer qué, qué quieres decir, irme a la verga, get the fuck out? En fin que me agradeció por reportarlo a Airbnb y se fue enojado.
Al salir aventó la llave.
Y cuando regresé olí su orina en un cilindro y sabes qué es lo peor de todo? Que lo lavé, lo lavé y lo lavé tantas veces como él dijo que no tomaba, y lo reutilicé porque yo no tomo orina. Y porque merezco un pequeño souvenir de esta ejecución extrajudicial, tal vez esta mala práctica sea mi última.
un arresto domiciliario
una defensa preventiva de la defensa preventiva
ya me odias
y yo también
pero te quiero por decir la verdad cuando te emputas
que solo estás aquí porque no te queda de otra
al menos ya no te vas a robar a mi tesoro,
ya solo es una vela muerta y apachurrada
esta triste pasión que un día nos vio en la montaña
Casi parecería que es un diario. Que diario es lo que se escribe y no lo que se vive. Que
"lo de"
las clases,
la inquilina problemática,
el trueno sísmico
el niño veracruzano devorado por un cocodrilo en michoacán
el niño atropellado
la activista que trabaja para la policía
todos los capítulos del "chismecito cachetón"
como ella, la más bella, le llama a esa información
cercana y curiosa.
Se nos tacha de sucios, desordenados.
Solo somos espíritus chocando con las paredes de nuestros propios cuerpos
chocando de dientes con algunos muebles
a veces los dientes se caen solos
y hay que hacerle una puerta a la ilusión
que el viejo pendejo y pelón
ese que quiere romperlo todo
insiste en corregir y enderezar
pero a veces retumba la voz de guadalupe
suave, dulce y severa, y dice
"no lo desilusiones"
Pero
a veces la neurosis, la histeria recién comprendida
a veces somos un amor retorcido pero profundo
pero aquí estamos, aquí estoy pues, y aquí estaré
con estas manos en forma de cuenco
para sorber juntos este líquido fresco y curioso
que es nuestra vida
Hola,
Soy Pablo. ¿Te acuerdas de mí? Nos conocimos en la explanada de la muerte. "Explanada". Qué curiosas son esas palabras que uno escucha, imita, y nunca se pregunta a qué saben o cómo suenan, o siquiera si son apropiadas para ser dichas por la boca de uno.
Piedra bastarda. Ruedas de caucho. Espera. Nada de la ciudad. Nada de los pastizales de Malinalco, ni de Pablo, mi primer amigo fuera de la secta. Nada del lienzo charro de quién sabe que pueblo al que nunca debí haber ido porque eran las búsquedas de gente que era miserable, y cuya miseria quería yo saborear cuando estaba repleto de dicha y potencial. Estaba demasiado seguro de mí mismo y eso me hacía dudar de todo. Cambiemos de tema, pues.
Hablemos de nosotros. Del líquido negro y viscoso. De la caja metálica donde estaban las fotos del tío Juan. Todo eso que es inventado y que sabe mejor que la palabra.
Carajo. Esto está ya fuera de control. Espero que entiendas que esto es para ti: nadie. Y que significa todo menos lo que tú piensas. Es importante para mí poder hablar de pasto. De sueños de fuego. De poesía con sangre de gato. Y poder hacer esta pequeña pausa para ir a dormir junto a ella. Junto a ti.
Se descompuso la computadora de Pablito. Hay que comprarle una nueva.
Pablo quiere mandar al Sr Uribe a la San Miguel a hacer el cambio de los plafones LED porque no tienen ni dos años y ya se descompusieron casi todos. Pensaba que eran marca Tecnolite, pero veo que el de la cocina es MAGG. Los MAGG tienen 5 años de garantía con el proveedor, y los Tecnolite 3 años. Espero que sea posible. Pero todo se ralentiza con la pandemia. Por cierto, me raspa tantito la garganta.
Vania me mandó una foto de cuando traía el pelo corto, azul, y andaba todo de negro, tipo look industrial, o algo así. Qué bien me veía. Tenía cabello. Nunca pensé que fuera a ser tan complicado lidiar con la calvicie. No es una calvicie total. Es una pequeña escasez de follaje. Es lo peor: Es mediocre.
8 de Julio 2020
Pablo Manrique tuvo ese sueño raro (verdaderísimo), y al levantarse, quizás por una infección, por los tapones, se le tapó por completo el oído derecho.
Siempre sí, pablín se endeudó y compró una nueva computadora. Además mandó a reparar la otra y aunque se tardaron mucho, quedó bien. Ahora tiene dos.